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martes, 4 de noviembre de 2008

Los niños perdidos.



“Lo único que se, es que si no actuamos pronto, nuestros hijos y nuestros nietos pagaran las consecuencias.”

¿Qué es lo que pasa ahí fuera con esos chavales? Parece que vivan en el país de las maravillas, pero no son felices. Los jóvenes solo piensan en salir de fiesta, en entrar en el país de las maravillas, pero patinan, pierden el rumbo. Se quedan atrapados a medio camino, solos, desprotegidos, entre la cruda realidad y sus sueños, en el sitio más amargo del mundo. No saben que hacer, si aceptar la cruda y difícil vida que les han impuesto o perseguir esos sueños que se les escapan de las manos constantemente. Esa indecisión es la que está causando que la juventud de hoy en día se muestre impasible, ausente, sin ganas de nada. Parece que de lo único que tienen ganas es de desaparecer a ese mundo amargo, mundo que ellos mismos han creado. Se encierran en ese mundo cada vez que quieren evadirse de la cruda realidad y lo hacen a golpe de alcohol y demás drogas. En ese mundo, el tiempo pasa lo suficientemente rápido para evadirse de la vida y les proporciona una falsa satisfacción que consuela su alma vacía de sueños y aspiraciones. Influenciados por el país de las maravillas, quieren ser niños eternamente, quieren estar libres de responsabilidades, quieren ser felices, pero no conocen el amor, porque nunca han llegado al país de las maravillas. El odio que les proporciona la vida que les rodea les impide avanzar y se quedan en ese mundo oscuro, donde se refugian de la crueldad de la vida y donde sufren en silencio por no poder cumplir sus sueños.

Los adultos, estos son los verdaderos culpables de que sus hijos anden perdidos entre dos mundos. Los adultos de hoy en día solo viven en el mundo físico, no creen en el país de nunca jamás, no creen que los sueños se puedan cumplir. Piensan que empeñarse en cumplir sueños solo lleva a morirse de hambre. Trasmiten ese pensamiento a sus hijos demasiado pronto, rompen sus esquemas de que la vida es maravillosa, derrumban el país de las maravillas donde los hijos podían ir a refugiarse, conociendo el amor y siendo felices. A medida que avanza el tiempo, cada vez son menos los adultos que aun creen en el país de las maravillas, cada vez son menos los adultos que creen que los sueños pueden cumplirse, que el mundo puede cambiar, que esta vida de caos tiene solución. Esto lleva a que sus hijos carezcan de un lugar apropiado donde refugiarse, algo que les motive a seguir adelante, a vivir la vida sin perder un instante, camino de nunca jamás, camino al país de las maravillas, camino hacia su felicidad. La clave para que esos jóvenes no se pierdan en ese mundo oscuro, al cual todos los fines de semana se dirigen, es mostrarles que la vida no es tan aburrida y monótona si se cree en los sueños. Los padres deben viajar con sus hijos al país de nunca jamás más a menudo, deben enseñarles que la vida puede ser maravillosa si uno sabe escoger debidamente el camino. Tal vez así, puedan replantearse el hecho de que no es preciso emborracharse hasta perder el conocimiento, tan solo es necesaria la compañía de unos buenos amigos que te acompañen a nunca jamás, que te hagan pasar noches inolvidables, sin que el alcohol te desvíe de tu rumbo. Los jóvenes de hoy en día han olvidado el camino de nunca jamás a base de tragos de alcohol, ahora no pueden imaginarse una vida sin alcohol, porque la vida que les ofrecen les impide llegar a nunca jamás, les impide llegar a ser felices. Tal vez sea hora de recuperar a esos niños perdidos que deambulan por las calles, sin rumbo fijo…

1 comentario:

Ácrata dijo...

En realidad me ha gustado más el tuyo, pero ambos queremos decir lo mismo, señal de que todavía hay gente que cree que debe de desaparecer la raza de los monstruitos. Bueno, puedes sustituir la palabra "gente" por nosotros dos, pero tengo la esperanza de que sean más xD.

En fin, como puedes intuir estoy de acuerdo completamente contigo.
Seguiré pasando!

Un besitoo!