Feliz Navidad.

Feliz navidad a todos, pensareis que me he vuelto loco para variar, se que estamos a lunes 3 de Noviembre, que aun quedan meses para navidad, pero parece ser que los ingleses no saben en que día viven. Ellos ya han empezado a colgar los adornos navideños, y bueno aquí en España no íbamos a ser menos, llevo todo el mes de Octubre tragándome anuncios de juguetes y centros comerciales. Me sorprendió el otro día escuchar en las noticias que la causa de que los centros comerciales hubiesen adelantado la navidad, era porque ante la crisis, necesitaban impulsar el espíritu navideño antes de tiempo, para que la gente comprase todo tipo de trastos inservibles. Quizá lo sorprendente no es el hecho de que se adelante la navidad, sino que se establezca que el espiritu navideño sea consumir y consumir.

Hace nada Halloween y ya están anunciando cosas relacionadas con la navidad en televisión, sinceramente creo que tienen razón, el verdadero espíritu navideño es el espíritu consumista. Atrás quedaron las típicas estampas navideñas como la nieve, la ilusión, el reencuentro, la felicidad, para dar paso a las estafas navideñas como Papá Noel, los reyes magos, las compras compulsivas, el estrés, la avaricia, la arrogancia, la contaminación e incluso las galas benéficas. “¿Las galas benéficas son una estafa navideña? Este tipo se ha vuelto loco” pensareis. Pues sí, recoger dinero para dárselo a los pobres no está nada mal, pero hacerlo solo en navidad sí. ¿Es que acaso los pobres se van de vacaciones el resto del año y solo vuelven por navidad, como el turrón? No, no nos engañemos, el verdadero significado de las galas benéficas no es la generosidad, sino la culpabilidad. Culpabilidad de derrochar tanto dinero en uno mismo, en lugar de disfrutar con los que te rodean. Ahora entiendo el verdadero significado de la gala “inocente, inocente”, los inocentes somos nosotros al pensar que el malestar y los problemas del consumismo desaparecerán tras realizar una simple obra benéfica al finalizar el año.

¿Saben qué? En cierto modo me siento un poco Grinch, me gustaría acabar con la navidad, no me importaría lo más mínimo. Cambiaria las navidades por un periodo de vacaciones donde la gente pueda relajarse y despreocuparse de la vida cotidiana, del trabajo, de las prisas, de la avaricia, de la arrogancia, del consumismo y pudiese dedicarse a hacer lo que nunca tiene tiempo a hacer, dedicarse a ser felices junto a sus seres queridos. No felices por ver a un niño con su juguete favorito, ese que tantas veces había visto en la televisión, sino felices de ver a un niño reír y disfrutar, mientras juega con sus amigos en la nieve. Aun estáis a tiempo para pensar como queréis pasar las navidades o, más importante aun, con quien. Anticipadamente “Feliz Navidad”