--

lunes, 21 de julio de 2008

No soy racista, soy realista.

Un intenso malestar recorre mis entrañas al ver a los inmigrantes deambulando por nuestras calles o por nuestros centros comerciales. Cuando los observo intentando adaptarse a nuestros hábitos, me imagino un futuro nada esperanzador. Siempre les doy la razón a los racistas que dicen que los negros no deberían estar aquí. Cuando veo que cada vez son más y más los que vienen, pienso que al final nosotros nos tendremos que ir, pero ¿A dónde?
Iremos a un lugar donde el capitalismo y el consumismo estén a un nivel superior al nuestro. Sí, no le den muchas vueltas, está claro que ese sitio es Estados Unidos. Se que a la gente le parecerá ridículo, pero una vez analizados ciertos aspectos uno se empieza a dar cuenta de que ese futuro es muy parecido al que tuvieron que experimentar los inmigrantes que, ahora, viven entre nosotros. Tal vez a ellos también les pareció ridículo.
Pensareis que España es un país desarrollado, que los españoles no necesitamos emigrar a ningún sitio y menos a Estados Unidos. Pero no nos engañemos ¿Para qué vamos a ir allí? Ellos ya están aquí y lo peor de todo es que están por todas partes. Fíjate, lo mismo se podría decir de los inmigrantes, que están por todas partes, pero estos no pasan desapercibidos. ¿Tal vez las empresas norteamericanas quieran acostumbrarnos a sus hábitos, poco a poco? Mira la etiqueta de tú camiseta o tus pantalones, posiblemente la marca pertenezca a una empresa americana, no obstante, te aseguro que no estará fabricada allí. Esta claro que a los estadounidenses no les interesa desatar mucho polvo con la explotación, ya tuvieron bastante con Nike, aunque algunos no aprenden nunca. No es de extrañar que hayan ideado un nuevo sistema, más discreto, mediante el cual idiotizan a los explotados. El sistema es simple pero eficaz, dale a un perro vagabundo un trozo de pan y te seguirá hasta donde sea necesario. Algo así han hecho los americanos con nosotros, nos ofrecen toda una serie de productos, que según ellos son de gran utilidad, a cambio de que les dejemos entrar en nuestras casas, eso sí, sin olvidarse de nuestro dinero. Una vez en nuestro territorio es cuando empiezan a actuar, maquillan a los nuevos esclavos bajo el nombre de empleados y los esclavizan en sus fábricas o establecimientos. Un momento ¿No creéis que en el fondo los españoles somos un poco idiotas? Trabajamos para los americanos y obtenemos a cambio dinero, que curiosamente termina volviendo a sus legítimos dueños ya que compramos productos americanos que se venden por doquier aquí en España. Trabajamos para que nuestros jefes se lleven el dinero, eso ya no es esclavización, es de ser inútiles. Vale que a cambio de ese dinero nos ofrecen un montón de trastos inservibles que acabamos echando a la basura, es decir contaminando, pero no podemos olvidar que detrás de un tonto engañado siempre hay un listillo. Es que a veces parecen tontos los más listos ¿quien nos iba a decir a nosotros que una nación que tienen como cabeza pensante a un personaje, digamos peculiar, fuera capaz de urdir semejante plan? Incluso tienen todos sus papeles en regla, han tramado un plan tan meticuloso que no solo es eficaz, sino que pasa desapercibido, obviamente, por los idiotizados. A todo aquel que todavía no se crea nada de lo que aquí humildemente les he expuesto, les pido que la próxima vez que vaya a un Mc Donals le pregunten al dependiente cuanto cobra al mes por su trabajo y si le pagan mucho por las horas extras. Cuando escuchen que cobran 5 euros la hora, lo que viene siendo el precio de una comida en el Mc Donals, tal vez empiecen a darme la razón. Lo mismo pasa con las cajeras de los supermercados que duramente llegan a los 800 euros. Cabe la retorcida posibilidad de que usted piense que ese salario es razonable, enhorabuena, usted ya está acostumbrado a los nuevos hábitos del futuro. Porque ese empleado es el futuro inmigrante que ahora vemos por las calles, solo que sin tener que salir del país, nos lo ponen tan fácil que resulta imposible negarse. No es de extrañar que yo no sea racista, pues no odio o tengo miedo a las otras razas, soy "realista", pues odio y tengo miedo de está realidad.
Es por todo esto, por lo que siento un intenso malestar al ver a los inmigrantes deambulando por las calles, porque a mi mente vuelve la idea de que tan solo es cuestión de tiempo que los españoles acabemos así. Es por eso por lo que al observarles intentando adaptarse a nuestras costumbres, me imagino ese futuro desesperanzador donde tengamos que aceptar las malas costumbres de los “yankees”, mira ves eso ya forma parte del presente. Es por eso que siempre les doy la razón a los racistas cuando dicen que los negros no deberían estar aquí, porque los pobres inmigrantes tras sufrir la primera explotación que los dejó sin comida allá en su país ahora tienen que volver a ser explotados aquí. Y es por todo esto, por lo que al ver que cada vez son más los inmigrantes que vienen aquí y cada vez son más los que sucumben al sutil abuso al que nos tienen expuestos, pienso que al final si que nos tendremos que ir, pero a la mierda.

No hay comentarios: